13 de abril de 2012


Los problemas económicos no se resuelven
con dinero, se resuleven con creatividad.
Anthony Robbins

La escasez de recursos no se resuelve con la llegada de un préstamo
bancario o con la buena voluntad de alguien que hace de papá
y "riega", ya que, en general, dichas acciones no hacen sino tapar
agujeros, más o menos imprevistos, y detienen la llegada de medidas
para resolver la escasez.
Todo proyecto de creación de riqueza supone un proceso de imaginación
y trabajo tan creativo como lo pudo ser aquel que, en su día, hiciera
el primitivo Neanderthal al ingeniarse un arco y unas flechas para conseguir
sobrevivir. Tal vez, la caza fuera escasa y los animales más rápidos y avispados.
Sin embargo, no por ello la vida humana dejaba de empujar hacia delante,
instando a resolver cada nueva situación.
Si en aquel histórico momento el "maná" hubiese caído del cielo flaco favor
nos hubiera hecho el dios de "turno" a los descendientes del sorprendido
cazador. Tal vez, el verdadero milagro esté en la inspiradora llegada de ideas
y motivaciones que, con nuestro posterior trabajo y elaboración, aporten
la prosperidad y el bienestar que merecen nuestras vidas.
Se trata de imaginación creadora, una capacidad que rompiendo los viejos
límites y saltando hacia adelante, a veces tan nuevo como audaz, supone
uno de los grandes alicientes de la mente humana. Esta capacidad de
superación se pone en evidencia con la ciclíca llegada de las crisis económicas
que, a pesar de su amenazante aspecto, hacen aflorar insospechadas
potencialidades en quienes la enfrentan. Se trata de ciclos económicos de cambio
y optimización que no sólo impulsan a resolver la incertidumbre, sino que, además,
ensachan horizontes y crean las bases de la futura prosperidad.
Tarde o temprano, todo ser humano en crecimiento supera el dependiente
parasitismo de alguien que le "protege". LLega el momento en el que el sujeto
autoconsciente, finalmente, comienza a aportar a la sociedad la verdadera
música que lleva dentro. La vida devuelve multiplicada toda la energía puesta
en juego y le proporciona aquellas oportunidades que su supervivencia  y
desarrollo evolutivo precisan. Son instantes especiales en los que se percibe
la llegada de algo parecido a un milagro. Momentos en los que se siente que
todo encaja fluyendo por sí solo, sin casi intervención ni esfuerzo.
Cuando el móvil de imaginar está fuertemente anclado al deseo de servir
a su deseo  de servir a su próposito esencial, se ponen en marcha energías
transpersonales que pueden brotar hasta el propio futuro. ¿Quién negaría
una sonrisa de gratitud al inventor de la rueda, del teléfono o de la penicilina?
Tal vez lo único que pueda afirmarse es que todo el ser humano que se plantea
crear soluciones está invocando una energía disponible. Energía en forma de
ideas y motivos que, en realidad, suponen el verdadero "maná" al que la persona
madura aspira desde su plena independencia.
Tres problemas con que todavía la actual humanidad se enfrenta:
La ignorancia, la enfermedad, y el hambre.
Tres amenazas que no se resuelven con la aportación del Banco Mundial o la llegada
de avatares salvadores, sino con conocimiento, imaginación y generosidad.
El dinero es una energía de capacidad cuyas leyes de llegada a nuestra vida
no siempre tienen que ver con la lógica mecanicista. Es por ello que su virtual
poder reside más en los planos mentales que en el banco de la esquina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario