27 de abril de 2012


Para desterrar el mal, no hay que combatirlo,
sino trabajar enérgicamente en dirección al bien.
Nisargadatta.

Cuando una persona está orientada hacia el crecimiento  y el
cultivo de una actitud positiva, puede percibir que una gran parte
del mundo parece estar actuando en la orientación contraria. Ante
ello, tiene posibilidades: o bien atacar la negatividad mediante
un despliegue de denuncias y oposiciones, o bien suspender
el juicio y proceder a elaborar una siembra sostenida de actos
que reflejan su propia idea de la bondad de las cosas. Algo parecido,
sucede cuando dos marcas comerciales se reconocen como
competidoras que, o bien actúan para despretigiar a la contraria,
o bien para mejorar su producto y trabajar con más ahínco  en
la calidad de su oferta.
Es muy diferente decir al niño, cuando golpea  ruidosamente el
tambor dentro  de  casa: "¡Para ya de aporrear el tambor, por
favor!", o bien decir por ejemplo : "¿Por qué no juegas con el
perro y la pelota en el jardín?". Mientras una frase reprime y
niega la conducta basándose en el rechazo y la fuerza, la otra
motiva a una acción diferente, sin descalificar a la que en ese
momento  está produciendo satisfacción en el que la opera.
La primera  dejará al "reprimido" con ganas de volverlo a
intentar cuando la oposición se retire, mientras que la segunda
habrá logrado desviar la atención de la opción más "tóxica".
"Todos los radios de la rueda llevan al centro", decía Lao Tsé
hace cuatro mil años. Una máxima que alude al hecho de que cada
persona tiene su momento y su particular diseño de avanzar
hacia el inmenso mar. Y por más evolucionada que  esté su alma,
llevará a sus espaldas una historia personal de ceguera  y radicalidad
que, como a todos, requirió su tiempo para crecer y despertar.
¿Podemos tirar la primera piedra en algún supuesto condenatorio?
Cuando un ser humano ha pasado por el madurador proceso de
conocerse a sí mismo, es decir, de conocer tanto sus luces y sus
sombras, se torna muy respetuoso con las debilidades ajenas.
Procura que la energía que se maneje en su entorno no afecte
su ecuanimidad y no se posiciona en la arrogancia que descalifica
y critica a otras personas que ejercen conductas primarias que
él ya tiene superadas.
Si tiene usted anhelo de un mundo mejor; si usted posee una
sensibilidad medioambiental y un criterio sobre la alimentación,
las minorias étnicas y los grupos marginales; si tiene ideas y
experiencias de Dios, del Universo de la Conciencia; si usted
se ha posicionado respecto a la distribución de la riqueza en el
mundo, sobre la educación y los hijos, sobre el sexo, el dinero o
el progreso y la tecnología; si en alguna medida se reconoce
comprometido con su crecimiento personal y espiritual; si
practica la contemplación de su propia mente y cultiva su
vida interna, ¿qué puede sugerírsele? tan sólo siga adelante.
Poco a poco su propia transformación se manifestará en un abrazo
sutil hacia los seres que causalmente se aproximan y que,
en muchas ocasiones, lo único que saben es que le buscan
porque encuentran orden y calma.
Merece la pena que uno siga su camino compartiendo la llama
sin predicarla.
La Paz y la Independencia son tan elocuentes que hablan por
sí solas....

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