2 de mayo de 2013





















Hay cosas que son preciosas
justamente porque duran poco...

Uno de los puntales del hedonista es saber disfrutar de lo efímero,
de los placeres pasajeros sin anticiparse a la pérdida. Detrás de esta
actitud está la filosofía wabi-sabi, que rige el amor de los japoneses
por todo lo que es provisional e imperfecto.
El especialista Andrey Juniper explica así este concepto estético y
filosófico elevado y natural: "El wabi-sabi utiliza la fugacidad de la vida
para transmitir una sensación de melancólica belleza que evoca la
comprensión de la impermanencia de todas las cosas"
Quién no sabe disfrutar de lo fugaz, difícilmente podrá disfrutar de
la vida, que está compuesta de episodios efímeros. De hecho,
las mejores cosas que nos suceden- el primer beso por ejemplo-
tienen el espíritu del wabi-sabi.
Lamentarnos de que no podemos prolongar o retener estas
experiencias nos impide gozar de lo más precioso.
¡Feliz día!


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