30 de diciembre de 2016

Querido 2016

A ver como te dedico unas letras sin que ambos terminemos dañados emocionalmente.
El caso es que pasarás como uno de los años más recordados o que alguien no quiera volverte a nombrar.
Así son los años, con 365 días con sabores agridulces, en eso, no eres único.
No has escapado de unas cuántas guerras, incendios, terremotos, sequía, inundaciones, mucho frío, mucho calor, te llevaste  por delante  genios de la música, el arte, cine y una exagerada cantidad de víctimas en circunstancias diversas. A la política  creo que le han dado un Oscar en mala interpretación, (...) no lo sigo mucho porque me agotan las sienes.
Si ves a Einstein,  dile de mi parte que seguimos desintegrando átomos y sin éxito con los prejuicios, seguiremos en ello.
Te llevas lágrimas de muchos en las que me incluyo.
Siempre empiezo por las malas noticias para terminar reconfortando (te, me).
Porque de eso se trata, de soltar la mochila de piedras y malos rollos, y quedarnos con una última lágrima cargada en un suspiro que a pesar de todo sobrevivimos.
Me has sorprendido, si ... mucho, en algunos momentos pensaba que no estaba en tu año te lo juro, sino en  1.946, 1016, 916... vamos  la Edad de Piedra se queda chica. Sorprender es bueno (eso dicen).
No tienes la culpa,  parte la tenga yo,  pongamos que es nuestra última charla  te vayas tranquilo, en paz y te acompañe para que no te pierdas en mi interesada memoria.
Agradeciendo  todo el aprendizaje adquirido por ti.
Si, te has convertido en un gran maestro, un estímulo para querer mejorar mi mundo y el mundo.
Has conseguido hacerme llegar a la conclusión que a pesar que retrocedamos en todo lo que habíamos construido, existe una base siempre. La originalidad será cuestión de eso, volver al origen.
Gracias por este año como voluntaria, creo que ha sido lo más gratificante que he realizado en muchos años. He recibido tanto cariño, sonrisas y abrazos que confirmo que cuanto menos se tiene, más se puede dar.
En fin, va, en serio, aquí viene lo bueno.
Has aportado muchísimo, no recuerdo un año como el tuyo, y me agrada que hayas también traído muchos instantes mágicos a cada casa , a los familiares con enfermedades esperanza, soluciones, ternura, regalos, justicia, positivismo, comprensión, reencuentros, AMOR, risas contagiosas, bailes sin ensayos,  jóvenes audaces dispuestos a seguir apostando  por un futuro mejor...
Lo sé...entre todos vamos a tener que empezar otra vez en muchas cosas, las he visto derramarse como por un sumidero,  somos capaces de destruir y construir sin cesar, ¿no es cierto?.
Al final me guardo para ti las últimas lágrimas  cuando me trague la doceava uva. Decir adiós siempre me suena a canciones tristes.
Ahora tengo que reponer fuerzas para recibir al impar 2017.
Gracias.
Siempre tuya,
Isa.





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