12 de enero de 2017

SERENDIPIA

Lo que la serendipia nos enseña es a no despreciar directamente los errores sin analizarlos con detenimiento. Quizá detrás de ellos se encuentren valiosas enseñanzas que sirvan de inspiración y que nos iluminen otras partes oscuras de nuestras vidas.
El término serendipia es un neologismo acuñado por Horace Walpole en 1754 a partir de un cuento tradicional persa titulado «Los tres príncipes de Serendip», donde los tres personajes principales resuelven sus problemas a partir de increíbles casualidades. A partir de aquí la serendipia se consolida como un concepto que designa a un descubrimiento inesperado cuando se estaba buscando una cosa distinta. Como en la película de Peter Chelsom de 2001 titulada Serendipity.
Curiosos descrubrimientos hechos por casualidad son el Post-it, que nace de la unión de un pegamento defectuoso y de la necesidad de marcar páginas de salmos en la Biblia; el LSD, cuyo descubridor, Albert Hofmann, alucinó literalmente cuando una mínima cantidad de la sustancia que estaba desarrollando tocó sus dedos y fue absorbida por su piel, la viagra, inicialmente elaborada para combatir la angina de pecho, Newton descubrió la gravedad a raiz de la caída de una manzana y se preguntó por qué no la luna, 
También ocurren cosas por casualidad en nuestro día a día y en otros ámbitos no científicos. Por ejemplo, las patatas fritas que hoy compramos en el supermercado (esas que los ingleses llaman chips) también fueron inventadas por casualidad en 1853 por el chef George Crum, que tras varios clientes insatisfechos por el grosor de sus patatas fritas decidió gastar una broma y cortar las patatas con el grosor de una hoja de papel. Tras freírlas y servirlas a sus clientes, estos quedaron encantados. 
Innumerables casos a través de la historia que reflejan que se encuentran cosas buenas sin buscarlas.
En fin, no descartar nada de lo que se presenta en tu día a día, puede ser el mayor descubrimiento de tu vida.


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